17/5/13

Buenos Aires, mayo de 1976: esa voz que se aguanta la emoción a rienda corta (Homenaje de Eduardo Galeano a A. Zitarrosa y Haroldo Conti)

Alfredo Zitarrosa canta sin temblores, ni firuletes, voz de macho nacida para nombrar al amor, que es siempre peligroso, y al honor de los hombres. 
Esta noche fui a a la casa. Había gente que yo no conocía. 
Hace años que le duele la cabeza. Ese dolor del país:
- Estoy en curda -me dijo.
Hablaba de otras cosas y se interrumpía para explicarme:
- Estoy en curda. Esto me ha ocurrido mucho.
Tres veces me preguntó por Haroldo.
- Me enteré el otro día -me dijo-. ¿No se puede hacer nada por él?
Me sirvió vino. Cantó sin ganas. En un rincón alguien hacía bromas y se reía solo.
- Yo no había leído nada de Haroldo -dijo Alfredo-
Compré un libro el otro día. Me gusta ese tipo. ¿No hay nada que yo pueda hacer por él? 
Se quedó un buen rato pulsando la guitarra, con los ojos clavados en el piso, y al rato insistió.
- Me pareció una muy buena esa novela, Sudeste. Yo no lo conocía porque he leído poco, la verdad, y a él tampoco lo conocí nunca. Sabía que era tu amigo, pero nunca lo conocí. Y ahora...¿No se puede hacer anda?
Bebió hasta el fondo del vaso y después dijo:
- Así que no se puede hacer nada por él.
Movió la cabeza. Los demás arrancaron con una milonga a coro. Llegaron hasta la mitad.
Alfredo me miró como acusándome:
-No tengo tu dirección -me dijo.
- Nunca estoy en casa -le expliqué.
- No me has dado tu dirección -dijo- Tengo el teléfono de la revista, pero no tengo tu dirección. No me la diste.
- Te la anoto.
Me alcanzó una libreta de tapas negras. Pasé las hojas buscando el índice, y sin querer me encontré con la página de la agenda del día anterior.
Los demás conversaban en voz baja.
Leí en la agenda:
Ensayo
Grabar en Ion
Llamar a Eduardo
Decido Irme

Eduardo Galeano - "Dias y noches de amor y de guerra"