28/12/12

"Cuento para el año nuevo" (en homenaje a la obra ´A Christmas Carol´) de Charles Dickens

"Cuento de Nochevieja" por Alejandro Gándara


Vivía en Pomerania un campesino joven y pobre. Estaba enamorado de una chica rica de la ciudad, pero dudaba de que le aceptara y además era tímido, así que no hacía nada. Cierto día se le apareció un elohim que andaba perdido entre el cielo y la tierra. El campesino le contó sus preocupaciones y el elohim le dijo: "Tengo la manera de que conozcas el futuro". El joven preguntó: "¿Puedo saber si la mujer que amo se casará conmigo?".El elohim le explicó entonces: "En todo lo que quieras conocer con antelación dejarás de vivir el camino hasta ello. En el momento en que lo conozcas ya estarás allí y todo lo anterior habrá pasado. ¿No te importa esta condición?". El campesino respondió que estaba de acuerdo con ella. El espíritu le mostró un ovillo de lana. "Éste es el sendero de tu existencia", dijo a continuación. "Sólo tienes que tirar del hilo para llegar hasta donde quieres y saber lo que pasará. Pero recuerda: lo anterior ya lo habrás vivido".
El campesino tiró del hilo y vio que se casaría con la joven rica de la ciudad. Nada más verlo, ya estaba casado con ella. Quiso saber si tendrían hijos y en cuanto lo hubo averiguado ya estaba viviendo con un hijo tan hermoso como los mismísimos elohim. Pero el hijo se puso muy enfermo. Quiso saber si viviría. Volvió a tirar del hilo y vio que el hijo sanaría, se casaría y tendría hijos que le harían abuelo. Se sintió muy feliz. Pero entonces su mujer murió. Apenas había tenido tiempo de conocerla. Quiso saber si volvería a casarse. Tiró del hilo y descubrió que se casaría con una mujer que le haría infeliz: al momento ya estaba casado con ella. Luego, trató de averiguar si algún día volvería a vivir en paz. Pero eso le llevó hasta la vejez y al ovillo apenas le quedaban unas pulgadas. 
Toda su vida había pasado en un instante. Al campesino aún le quedaban preguntas importantes como, por ejemplo, si existe algo después de la muerte. Pero también quedaba poco hilo. Debería elegir entre seguir preguntando o vivir el escaso tiempo que le restaba. No era una elección fácil. Mejor dicho, no lo es: han pasado los años y los siglos y el campesino aún no ha terminado de decidirse. Tal vez continúe así por toda la eternidad...


"La dicha de vivir" (Leopoldo Lugones)



Poco antes de la oración del huerto, un hombre tristísimo que había ido a ver a Jesús, conversaba con Felipe, mientras concluía de orar el maestro. 
–Yo soy el resucitado de Naim –dijo el hombre-. Antes de mi muerte, me regocijaba con el vino, holgaba con las mujeres, festejaba con mis amigos, prodigaba joyas y me recreaba en la música. Hijo único, la fortuna de mi madre viuda era mía tan sólo. Ahora nada de eso puedo, mi vida es un páramo. ¿A qué debo tanto atribuirlo? 
–Es que cuando el maestro resucita a alguien asume todos sus pecados –respondió el apóstol- Es como si aquel volviese a nacer en la pureza del párvulo. 
–Así lo creía y por eso vengo. 
–¿Qué podrías pedirle, habiéndote devuelto la vida? 
–Que me devuelva mis pecados- suspiró el hombre...

22/12/12

Una historia de navidad: "el mejor regalo" (anónimo)

En 1994, dos americanos respondieron a una invitación del Departamento de Educación Rusa, para enseñar moral y ética (basado en principios bíblicos) en las escuelas públicas. Fueron invitados a enseñar en prisiones, negocios, departamentos de bomberos y policía, y en un inmenso orfanato. Alrededor de 100 niños y niñas que habían sido abandonados, abusados, y dejados a cargo de un programa del gobierno, estaban en este orfanato. Ellos relatan esta historia con sus propias palabras... 
Se acercaban los días de fiestas Navideñas, 1994, tiempo para que nuestros huérfanos escucharan por primera vez, la historia tradicional de Navidad. Les contamos como María y José llegaron a Belén. No encontraron albergue en la posada y la pareja se fue a un establo, donde nació el niño Jesús y fue puesto en un pesebre. Durante el relato de la historia, los niños y los trabajadores del orfanato estaban asombrados mientras escuchaban. Algunos estaban sentados al borde de sus taburetes, tratando de captar cada palabra. Terminando la historia, le dimos a los niños tres pequeños pedazos de cartulina para que construyeran un pesebre. A cada niño le dimos un pedazo de papel cuadrado cortados de unas servilletas amarillas, que yo había traído conmigo, pues no habían servilletas de colores en la cuidad. Siguiendo las instrucciones, los niños rasgaron el papel y colocaron las tiras con mucho cuidado en el pesebre. Pequeños pedazos de cuadros de franela, cortados de un viejo camisón de dormir que había desechado una señora Americana al irse de Rusia, fue usado para la frazada del bebé. Un bebé tipo muñeca fue cortado de una felpa color canela que habíamos traído. Los huérfanos estaban ocupados montando sus pesebres, mientras yo caminaba entre ellos para ver si necesitaban ayuda. Parecía ir todo bien hasta que llegué a una de las mesas donde estaba sentado el pequeño Misha; lucía tener alrededor de 6 años y ya había terminado su proyecto. Cuando miré en el pesebre de este pequeño, me sorprendió ver no uno, sino dos bebés en el pesebre. Enseguida llamé al traductor para que le preguntara al chico porque habían dos bebés en el pesebre. Cruzando sus brazos y mirando a su pesebre ya terminado, empezó a repetir la historia muy seriamente...
Para ser un niño tan pequeño que solo había escuchado la historia de Navidad una vez, contó el relato con exactitud… hasta llegar a la parte donde María coloca el bebé en el pesebre. Entonces Misha empezó a agregar. Inventó su propio fin de la historia diciendo, “ y cuando María colocó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar donde ir. Yo le dije, "no tengo mamá y no tengo papá, así que no tengo donde quedarme. Entonces Jesús me dijo que me podía quedar con él. Pero le dije que no podía porque no tenía regalo para darle como habían hecho los demás. Pero tenía tantos deseos de quedarme con Jesús, que pensé ¿qué podría darle de regalo?. Pensé que si lo pudiera mantener caliente, eso fuera un buen regalo. Le pregunté a Jesús, “ Si te mantengo caliente, sería eso un buen regalo?”. Y Jesús me dijo, “Si me mantienes caliente, ese sería el mejor regalo que me hayan dado". Así que me metí en el pesebre, y entonces Jesús me miró y me dijo que me podría quedar con él, para siempre.”
Mientras el pequeño Misha termina su historia, sus ojos se desbordaban de lágrimas que les salpicaban por sus cachetes. Poniendo su mano sobre su cara bajó su cabeza hacia la mesa y sus hombros se estremecían mientras sollozaba y sollozaba. El pequeño huérfano había encontrado alguien quien nunca lo abandonaría o lo abusara, alguien quien se mantendría con el para siempre.

Gracias a Misha he aprendido que lo que cuenta, no es lo que uno tiene en su vida, si no, a quién uno tiene en su vida. No creo que lo ocurrido a Misha fuese imaginación (...) Jesús hace esa invitación a todos, pero para escucharla hay que tener corazón de niño...

17/12/12

Homenaje a Olga Zubarry (1929-2012) - Fragmento del film "El ángel desnudo" de 1946

El hombre Imaginario - Nicanor Parra (Chile)


El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.

Nicanor Parra Sandoval (San Fabián, Provincia de Ñuble, Chile, 5 de septiembre de 1914) es un poeta, matemático y físico chileno cuya obra ha tenido una profunda influencia en la literatura hispanoamericana. Considerado el creador de la "antipoesía", Parra es, en palabras de Harold Bloom, «incuestionablemente, uno de los mejores poetas de Occidente». El mayor de la Familia Parra —cantera de connotados artistas y músicos de la cultura chilena, hermano de Violeta Parra—, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura 1969 y con el Cervantes 2011, entre otros.

10/12/12

Tzvi Erez - Schubert (Serenade)

Hermann Hesse - Fragmentos de "Siddhartha" (parte 2)

Cada vez que se arrancaba a este repugnante hechizo, cada vez que al mirarse en el espejo de su cuarto se veía envejecido y feo, la vergüenza y el asco de sí mismo lo invadían y volvía a entregarse al placer escabroso de un nuevo juego de azar, se abismaba en la lujuria, se aturdía en el vino (...) La voluptuosidad está emparentada con la muerte.
Se extendió luego a su lado y Kamala aproximó su rostro al suyo. Con impresionante claridad leyó entonces en sus ojos y en las comisuras de la boca de la cortesana una escritura fatídica de líneas muy finas y de arrugas ligeras (...) A través del rostro de Kamala hendían rasgo de lasitud, de esa lasitud propia del que avanza hacia una meta lejana y sin felicidad, rasgos de fatiga y comienzo de marchitez. Percibió aquella angustia aún disimulada, que no osa confesarse, de la cual tal vez no se da cuenta uno por sí mismo y que se llama miedo de envejecer, miedo del otoño de la vida, miedo de tener que morir un día (...)
Siddhartha también hubiera querido, esa noche de insomnio, desembarazarse de una vez por todas de estos placeres, de estas costumbres, de toda esa vida absurda y de sí mismo, aunque para ello debiese apurar de un solo trago todas las vergüenzas y sufrir todos los dolores (...) Sin aspiraciones nobles, sin grandezam durante muchos años se había contentado con placeres mezquinos; ¡y aún éstos no le bastaron! Se esforzó, sin percatarse él mismo, por cumplir su deseo de ser un hombre como los otros hombres, niños grandes; Pero únicamente logró una existencia más miserable e inútil que la de ellos, pues tanto sus preocupaciones como sus objetivos eran diferentes. 
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 - "Bien, todas esas cosas perecederas han vuelto a desprenderse de mi, y heme aquí bajo el sol, como cuando pequeño: no tengo nada, no sé nada, de nada soy capaz puesto que nada he aprendido. ¡Singular condición la mía! Ya no soy joven, mis cabellos están grises, y mis fuerzas menguan. Empero, debo recomenzar como si fuera un niño". Este pensamiento le hizo sonreír. En verdad, su destino era extraño. En lugar de avanzar había retrocedido en sus pasos, y una vez más se encontraba solo en el mundo, las manos vacías y sin nada. No experimentaba, sin embargo, pesar alguno, al contrario, más bien se sentía movido a reír de su situación, a reírse de sí mismo y del mundo entero, tan grotesco y tan loco.      

HERMANN HESSE

Hermann Hesse - Fragmentos de "Siddhartha" (parte 1)

Al igual que la humedad se infiltra paulatinamente en el tronco de un árbol enfermo, se expande por doquier y lo pudre, el mundo y la indolencia se internaron en el alma de Siddhartha, invadiéndola: la entorpecían, la fatigaban, la adormecían. En desquite, sus sentidos se volvieron a la vida; a través de ellos aprendió mucho y enriqueció singularmente su experiencia (...) Pero siempre se sentía distinto de sus prójimos, superior a ellos; siempre los consideraba con un dejo de ironía  con algo del desprecio burlón del Samana hacia aquellos que viven en el mundo.
Su envidia crecía a medida que se les asemejaba.(...)
La importancia que atribuían a su existencia, la pasión que ponían en sus placeres y en sus penas, la felicidad ansiosa pero dulce que encontraban en sus eternos afanes amorosos, todo esto faltaba en él por completo. Se apropió de aquello que los volvía feos y que despreciaba sobremanera. (...) la ira, la impaciencia, se enseñoreaban de él (...) paulatinamente iba enmascarándose con rasgos semejantes a los de cierta gente acaudalada cuyo aspecto traiciona el descontento, la naturaleza enfermiza, el humor melancólico, la indolencia y el hastío. El mal que corroe el alma de los ricos lo ganaba poco a poco. Lentamente, cual tenue velo de bruma, la fatiga envolvía a Siddhartha. Y cada día el velo se espesaba más, cada mes era más sombrío, cada año más pesado. Así como un traje nuevo envejece con el tiempo, pierde sus hermosos colores y se aja.
Los años al pasar le habían arrebatado su color y brillo original, ostentaban manchas y arrugas y en ciertos lugares se distinguían, aunque todavía poco evidentes, las feas huellas de la desilusión y del hastío.  Siddhartha no se percataba de ello. Sólo sabía que aquella voz interior que antiguamente resonaba tan plena y nítida y que fuera el mentor de sus días más bellos, había enmudecido...

3/12/12

Música del mes: Almafuerte - "Por ser yo"

José Saramago - Fragmentos de " El hombre duplicado"

Extraños somos todos, hasta nosotros que estamos aquí. A quién te refieres, A ti y a mí, a tu sentido común y a ti mismo, raramente nos encontramos para hablar, solo muy de tarde en tarde, y, si queremos ser sinceros pocas veces merece la pena. Por mi culpa. También por la mía, estamos obligados por naturaleza o condición a seguir caminos paralelos, pero la distancia que nos separa o divide , es tan grande que en la mayor parte de los casos no nos oímos el uno al otro, Te oigo ahora, Se trata de una emergencia, y las emergencias aproximan, Lo que tenga que ser, será, Conozco esa filosofía, suelen llamarla predestinación, fatalismo, hado, pero lo que realmente significa es que harás lo que te dé la real gana, como siempre, significa que haré lo que tenga que hacer, nada menos. Hay personas para quienes es lo mismo lo que han hecho y lo que creyeron que tenían que hacer, Al contrario de lo que piensa el sentido común, las cosas de la voluntad nunca son simples, lo que es simple es la indecisión, la incertidumbre, la irresolución, quién lo diría, No te sorprendas, vamos siempre aprendiendo, Mi misión ha acabado, tú haz lo que entiendas. Así es, Entonces, adiós, hasta otra ocasión, que te vaya bien, Probablemente hasta la próxima emergencia, si consigo llegar a tiempo.
Las farolas de la calle se habían apagado, el tráfico crecía por minutos, el azul ganaba color en el cielo. Todos sabemos que cada día que nace es el primero para unos y será el último para otros, y que, para la mayoría, es sólo un día más...

José Saramago - Premio Nobel de Literatura, 1998