24/2/14

Carlos Páez Vilaró: Arte total y Carnaval


Con una marcada impronta cubista, la producción del artista, nacido en Montevideo, el 1°de noviembre de 1923, se desplegó en todo tipo de materiales (muros, cartones, metales, papel) y tuvo como eje el retrato de sus viajes por el mundo. Además de su afán por la experimentación, se dedicó también a la conquista de distintos soportes: así, incursionó en la pintura, la escultura, la cerámica, la música y la escritura. Páez Vilaró dedicó su obra pictórica a la cultura de raíz africana que rodea el Carnaval uruguayo, pero además recorrió África pintando murales en coincidencia con el histórico proceso de independencia de aquel continente En los años 60, Páez Vilaró inició la construcción de Casapueblo, el gigantesco monumento arquitectónico emplazado en el espectacular paisaje marítimo de Punta Ballena -a unos kilómetros de Punta del Este- que funciona como hotel, museo y taller:
"Cuando inventé Casapueblo, era extraordinario: estaba solo. Una soledad maravillosa. Sólo tenía diálogo con algunos pescadores que se aventuraban a vivir en las rocas. Hoy en día no conozco ni a los vecinos. Impresionante lo que ha crecido..." 
A lo largo de su vida, Páez Vilaró conoció a importantes maestros como Pablo Picasso, Salvador Dalí, Giorgio de Chirico, Jean Cocteau, Jean Cassou, Alexander Calder y Andy Warhol, entre otros. Falleció hoy a los 90 años y éstas son algunas de sus obras relacionadas con el Carnaval rioplatense...






14/2/14

¿Sabemos acaso lo que es la verdad? - Ernesto Sábato

Fragmento de "Sobres héroes y tumbas"
...
- Entonces hay que mentir - adujo Martín con amargura
- Digo que no siempre se puede decir la verdad. En rigor, casi nunca.
- ¿Mentiras por omisión?
- Algo de eso - replicó Bruno, observándolo de costado, temeroso de herirlo.
- Así que no cree en la verdad.

- Creo que la verdad está bien en las matemáticas, en la química, en la física, en la filosofía, no en la vida. En la vida es mas importante la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza. Además, ¿sabemos acaso lo que es la verdad? Si yo le digo que aquel trozo de ventana es azul, digo una verdad. Pero es una verdad parcial, y por lo tanto una especie de mentira. Porque ese trozo de ventana no está sólo, está en una casa, en una ciudad, en un paisaje. Está rodeado del gris de ese muro de cemento, del azul claro de este cielo, de aquellas nubes alargadas, de infinitas cosas más. Y si no digo todo, absolutamente todo, estoy mintiendo. Pero decir todo es imposible, aun en este caso de la ventana, de un simple trozo de la realidad física, de la simple realidad física. La realidad es infinita y además infinitamente matizada, y si me olvido de un solo matiz ya estoy mintiendo. Ahora, imagínese lo que es la realidad de los seres humanos, con sus complicaciones y recovecos, contradicciones y además cambiantes. Porque cambia a cada instante que pasa, y lo que éramos hace un momento no lo somos más. ¿Somos acaso, siempre la misma persona? ¿Tenemos, acaso, siempre los mismos sentimientos? Se puede querer a alguien y de pronto desestimarlo y hasta detestarlo. Y si cuando lo desestimamos cometemos el error de decírselo, eso es una verdad, pero una verdad momentánea, que no será más verdad dentro de una hora o al otro día, o en otras circunstancias. Y en cambio el ser a quien se la decimos creerá que ésa es la verdad, la verdad para siempre y desde siempre. Y se hundirá en la desesperación.

Músico del Mes de Febrero: Nahuel Pennisi - "El témpano" versión en vivo (Salvate vos)


www.salvatevos.com.ar

Cortázar - Breves párrafos del amor...

Sabía que estaba otra vez de su lado, que no se había ahogado, que él la estaba sosteniendo a flor de agua y en el fondo era una lástima. Los dos se sintieron en el mismo instante, y resbalaron el uno hacia el otro como para caer en ellos mismos, en la tierra común de las palabras y las caricias y las bocas los envolvían como la circunferencia al círculo, esas metáforas tranquilizadoras, esa vieja tristeza satisfecha de volver a ser el de siempre, de continuar, de mantenerse a flote contra el viento y marea, contra el llamado y la caída. 
...
Lo que para él había sido análisis de probabilidades, elección o simplemente confianza en la rabdomancia ambulatoria, se volvía para ella simple fatalidad. "¿Y si no me hubieras encontrado?", le preguntaba. "No sé, ya ves que estás aquí..." Inexplicablemente la respuesta invalidaba la pregunta, mostraba sus adocenados resortes lógicos.

Julio Cortázar , a 30 años de su muerte, un breve homenaje...

10/2/14

Fragmento de la "Muerte en Venecia" de Thomas Mann

Para que una obra espiritual relevante pueda tener sin demora una incidencia amplia y profunda, ha de existir una secreta afinidad, cierta armonía incluso, entre el destino personal de su autor y el destino universal de su generación. Los hombres no saben por qué consagran una obra de arte. Pese a no ser, ni mucho menos, conocedores, creen descubrir en ella cientos de cualidades para justificar tanta aceptación; pero la verdadera razón de sus favores es un imponderable: es simpatía. (...) Gustav Aschencbach era el poeta de todos los que trabajan al borde de la extenuación, curvados bajo una excesiva carga, exhaustos, pero aún erguidos; de todos esos moralistas del esfuerzo que, endebles de constitución y escasos medios, logran, al menos por un tiempo, producir cierta impresión de grandeza a fuerza de administrarse sabiamente y someter su voluntad a una especie de éxtasis. (...) Lo que la formulación artística tiene de vivo, tangible y no comprometido espiritualmente constituye el deleite de las masas burguesas, pero el apasionado incondicionalismo de la juventud sólo es cautivado por lo problemático e incondiconal como cualquier otro adolescente. (...) Pero se diría que nada embota tan rápida y radicalmente las capacidades de un espíritu noble como la amarga y sutil fascinación del conocimiento; y es un hecho que por meláncolica y concienzuda que sea, la escrupulosidad del adolescente queda minimizada si se la compara con la sólida resolución del hombre que, dueño al fin de sí mismo, decide negar el saber y lo rechaza, prescindiendo altivamente de él en la medida que amenace con paralizar, entorpecer y deshonrar la voluntad, la acción, el sentimiento e incluso la pasión (...) El arte es vida potenciada. Procura un goce más intenso , pero consume más deprisa. Imprime en el rostro de sus servidores las huellas de aventuras espirituales e imaginarias y, a la larga, engendra en el artista, por más que éste viva exteriormente inmerso en una paz conventual, cierta hipersensibilidad refinada, un cansancio y una curiosidad nerviosa que una vida colmada de gozos y pasiones turbulentas apenas conseguiría despertar.

Thomas Mann - "La muerte en Venecia": fragmentos,Cap.II -  Ed. Edhasa. Buenos Aires, 2003

3/2/14

"L´amour c´est une personne qui souffre et une autre qui´s enmerde"

...
Alejandra hizo unos cálculos y dijo:
- El viernes. Creo que el viernes habré terminado con lo más importante.
Volvió a pensar.
- Pero a último momento hay que rehacer algo o falta algo, que sé yo...No te querría hacer esperar...¿No te parece mejor que lo dejemos para el lunes?
¡El lunes! Faltaba casi una semana, pero ¿qué podía hacer sino aceptar con resignación?
Trató de hundirse en el trabajo durante aquella semana interminable, leyendo, caminando, yendo al cine. Lo buscaba a Bruno y, aunque ansiaba hablarle de ella, era incapaz hasta de pronunciar su nombre; y como Bruno presentía lo que pasaba por su espíritu, también rehuía el tema y hablaba de otras cosas o de temas generales. Momento en que Martín se animaba a decir algo que también parecía tener un sentido general, perteneciente a ese mundo abstracto y descarnado de las ideas puras, pero en realidad era la expresión apenas despersonalizada de sus angustias y esperanzas. Y así, cuando Bruno le hablaba del absoluto, Martín se preguntaba, por ejemplo, si el amor verdadero no era precisamente uno de esos absolutos; pregunta en la cuál la palabra "amor", sin embargo, tenía tanto que ver con la empleada por Kant o Hegel como la palabra "catástrofe" con descarrilamiento o un terremoto, con sus mutilados y muertos, con sus aullidos y su sangre. Bruno respondía que, a su juicio, la calidad del amor que hay entre dos seres que se quieren cambia de un instante a otro, haciéndose de pronto sublime, 
bajando luego hasta la trivialidad, convirtiéndose más tarde en algo afectuoso y cómodo, para repentinamente convertirse en un odio trágico o destructivo.
- Porque hay veces en que los amantes no se quieren, o en que uno de ellos no quiere al otro, o lo odia, o lo menosprecia.
Mientras ella pensaba en aquella frase que una vez le había dicho Jeannette: "L´amour c´est une personne qui souffre et une autre qui´s enmerde". Y recordaba, observador de desdichados como era, aquella pareja un día en la penumbra de un café, en un rincón solitario, el hombre demacrado, sin afeitar, sufriente, leyendo, releyendo por centésima vez una carta -seguramente de ella-, recriminando, poniendo el absurdo papel de testimonio de vaya a saber qué compromisos o promesas; mientras ella, en los momentos en que él se concentraba encarnizadamente en alguna frase de la carta, miraba el reloj y bostezaba.




Ernesto Sábato - Fragmento de "Sobre Héroes y Tumbas" (1961) Ed. Seix Barral. Obra completa. Narrativa. Buenos Aires, 1997