Cállate, corazón, son tus pesares
de los que no deben decirse,
deja se pudran en tu seno;
si te aqueja un dolor de ti solo
no acíbares a los demás la paz de sus hogares
con importuno grito.
Esa tu queja, siendo egoísta como es, refleja
tu vanidad no más.
Nunca separes tu dolor del común dolor humano,
busca el íntimo aquel en que radica
la hermandad que te liga con tu hermano,
el que agranda la mente y no la achica;
solitario y carnal es siempre vano;
sólo el dolor común nos santifica.