18/12/14

Sábato: "Y no debés escribir una sola línea que no sea sobre la obsesión que te acosa..."

Que no seas capaz, como me decís, de escribir sobre "cualquier tema" es buen indicio, no un motivo de desaliento. No creas en los que escriben sobre cualquier cosa. Las obsesiones tienen sus raíces muy profundas y cuanto más profundas menos numerosas son. Y la más profunda de todas es quizá la más oscura pero también la única y todapoderosa raíz de las demás, la que reaparece a lo largo de todas las obras de un creador verdadero; porque no estoy hablando de los fabricantes de historias, de los "fecundos" fabricantes de teleteatros o de best-sellers a medida, esas prostitutas del arte.
Ellos sí pueden elegír el tema. Cuando se escribe en serio, es al revés: es el tema que lo elige a uno. Y no debés escribir una sola línea que no sea sobre la obsesión que te acosa, que te persigue desde las más enigmáticas regiones, a veces durante años. Resistí, esperá, poné a prueba esta tentación; no vaya a ser una tentación de la facilidad, la más peligrosa de todas las que deberás rechazar. Un pintor tiene lo que se llama "facilidad" para pintar como un escritor para escribir.
Cuidado conceder. Escribí cuando no soportés más, cuando comprendas que te podés volver loco. Y entonces volvé a escribir "lo mismo", quiero decir volvé a indagar, por otro camino, con recursos más poderosos, con mayor experiencia y desesperación, en lo mismo de siempre. Porque, como decía Proust, la obra de arte es un amor desdichado que fatalmente presagia otros.

Ernesto Sábato - Fragamento de "Querido y remoto muchacho" Ed. Losada. 1998