El 9 de octubre de 1967 se anuncia oficialmente la muerte del Che Guevara en la Quebrada del Yuro, Bolivia. Cortázar se encuentra en esos momentos trabajando en Argel. "rodeado de imbéciles burócratas, en una oficina donde se seguía con la rutina de siempre (...) metido en un mundo donde sólo contaba el trabajo....". Se encierra varias veces en el baño para estar solo, llorar y desahogarse "sin violar las sacro-santas reglas del buen vivir en una organización internacional". Compra todos los periódicos; no quiere convencerse (...)
El 17 de octubre, pasado el mediodía, Cortázar envía un cable dirigido a Retamar. El texto dice: "Más cerca que nunca de ustedes, te abrazo. Julio". Once días después, precisamente el 28 de octubre. regresa a París. retamar le solicita un texto en homenaje al Che. En plena soledad y con todo el peso del dolor, escribe: "Cuando algo me duele tanto, no soy, nunca seré el escritor profesional listo a producir lo que se espera de él, lo que le piden o lo que él mismo se pide desesperadamente. La verdad es que la escritura, hoy y frente a esto, me parece la más banal de las artes, una especie de refugio, de disimulo casi; la sustitución de lo insustituible. El che ha muerto y ami no me queda mas que silencio, hasta quien sabe cuándo; si te envío este texto fue porque eras tú quien me lo pedía, y porque sé cuánto querías al Che y lo que significaba para ti"
Frente a la realidad de la noticia, escribe un texto nacido como un poema y lo titula simplemente "Che":
Yo tuve un hermano
No nos vimos nunca
pero no importaba.
Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.
No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía.
Pablo Montanaro, "Cortazar: de la experiencia histórica a la Revolución" - Ed homo sapiens Buenos Aires. 2001